Este es un recodo del río donde se encuentra la playa galardonada |
Cada año, la organización
internacional que realiza el correspondiente reparto de banderas azules,
un tipo de señalización que permite conocer el estado de las playas europeas,
condiciona con esa distinción el fortalecimiento de quienes prestan atención y
mejoran los lugares de esparcimiento.
El otorgamiento de una bandera azul, con el signo de las
estrellas europeas brillando sobre un fondo azul, indica que la playa en
cuestión tiene un tipo de agua razonablemente limpia, un entorno cuidado, una
limpieza efectiva y sobre todo, indica que existe de manera determinada, un
sentido de responsabilidad en lo que respecta a la protección medioambiental
circundante.
No es fácil conseguir una bandera azul. Sino que se lo
pregunten a los miles de ayuntamientos españoles que intentan año a año que se
le otorguen, pero ciertas deficiencias técnicas , políticas o de presupuesto,
dan al traste con esas aspiraciones, que les permitirían elevar el “status” a nivel de
explotación comercial, principalmente.
El motivo de este artículo no es tanto la entrega realizada
hace poquísimo tiempo a las 603 zonas españolas que seguramente lo han
merecido, (han sido 38 más que el año pasado, lo que habla de una cierta
preocupación gubernamental por cuidar el entorno), y han trabajado para ello,
sino porque por primera vez se realiza la entrega a una zona fluvial.
En realidad diremos que es la segunda vez, si contamos una
anterior entregada a un embalse de Orellana la Vieja, Extremadura. De esta
manera, España tiene también banderas azules en situaciones de régimen
interior, en regiones pluviales.
Se habla estos días de la entrega de una bandera azul a una
playa de 250 metros ubicada en Calzada,
de Ponte de Caldelas, Pontevedra, provincia de Galicia. Y está ubicada en un río, no es una costa playera como el resto de las 603 seleccionadas.
En un sitio pequeño, pero al decir de los que le conocen,
maravilloso. Se encuentra en un bosque de abedules, castaños y robles, en la
ribera del río Verdugo. Esta playa fluvial se encuentra a un kilómetro del
poblado, y se ha terminado un excelente paseo que bordea el río, y que llega a
la playa.
El paseo que atraviesa la zona fluvial de Calzada |
Como ha sido galardonada por la excelencia de sus aguas en
2014, las autoridades defienden dicha distinción, y han levantado una estatua
al pescador, una zona de ocio para adultos e incluso para animales, y por
haber, hasta un chiringuito como en las mejores playas de la ribera
mediterránea.
No se ha olvidado ni siquiera un excelente aparcamiento, por
lo que no es de extrañar que esta playa cuente con una asistencia de unas 250
personas diarias, cuando el tiempo acompaña.
Es muy interesante que las Banderas Azules, que son un
reconocimiento internacional, puedan también ondear en zonas protegidas del
régimen fluvial, en lugares que cuidan el entorno y mejoran el medio ambiente.
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