Corría el año
1978, y quizás con anterioridad, cuando un
matrimonio alemán,formado por Dieter Duhm, Sabine Lichtenfels, junto
a un compañero, Rainer Ehrebpreis, decidieron reconvertir sus vidas
en un asunto netamente ecológico, separado en lo posible de las
penurias que les tocaran vivir en la niñez, como consecuencia de la
Segunda Guerra Mundial.
Uno de sus libros más famosos |
Dieter Duhm nació
en Berlín durante la contienda, y con solo tres años tuvo que ver
como en abril del 45, su nación era derrotada en una guerra que
había sido sin cuartel.
No obstante, habrían
de pasar varios años hasta que oyó hablar de los campos de
concentración. Pero un muchacho de 14 años no tiene el
entendimiento suficiente para comprender porqué los seres humanos,
porqué padres de familia, considerados “normales” se volvían de
repente carniceros y verdugos. El mismo debió partir de Berlín
hacia la región de Costanza, empujados como tantos otros refugiados
hacia el sur de Alemania.
Sus preguntas sin
respuestas le llevaron, sin duda, a convertirse en un líder
izquierdista del “Movimiento Estudialntil del 68”, que finalmente
desapareció sin lograr objetivos. Pero el germen des descontento fue
el que lo llevó a una granja aislada de la Baja Baviera, para
imaginar un futuro mejor, lejos de esa violencia y destrucción. De
esa época de meditación, ayudado por distintas fuentes de
pensadores que también luchaban por un mundo así, nació el primer
movimiento, un experimento comunitario en 1978, que no funcionó.
Pero el germen
estaba sembrado, y También conoció allí a su compañera, Sabine
Lichtensfel, y junto a otros más decidieron empezar un proyecto
cierto y real.
ASI NACE TAMERA
Si bien el proyecto
que Sabine traía en sus alforjas, un experimento social en la Selva
Negra de Alemania, proyectos internacionales en zonas en conflicto
armado, o en campamentos israelíes,
Vista de uno de los dos lagos creados en Tamera |
eran más que una
buena credencial, su encuentro con Dieter Duhm hizo que renaciera el
proyecto que un día sería Tamera.
Los tres principales
artífices de lo que en la actualidad es una realidad asentada en el
sur de Portugal, sobre una superficie de 330 hectáreas, estudiaron
todos los pro y contras existentes para forman lo que ellos denominan
“un biotopo sostenible”.
Tuve oportunidad de
conocer Tamera hace algún tiempo. Casualmente (o no) , me tocó
instalarme como voluntario en una granja cercana, la “Casa dos Amigos”, a muy poca
distancia de la localidad de Reliquias, en el centro de Portugal. El
propietario, Charlie, es un alemán que se ha desgajado de Tamera,
intentando crear su propio biotopo sostenible, a unos 20 kilómetros
de la Tamera original.
Me sorprendió
gratamente poder observar, desde un altozano, la enorme extensión de
terreno que forma parte de esta finca ecológica y sostenible de ombre tan sugestivo: Tamera.
Edificaciones por varios sitios, colinas onduladas por el trigo en
sazón, el espejeo constante de sus dos lagos artificiales que
proporcionan casi toda el agua potable a esa enorme extensión de
terreno, la visión de un Centro de Reunión, una escuela, un centro
de investigación espiritual, una editorial propia, un Centro
infantil , el Proyecto Permacultura, el proyecto Caballo, un
Seminario, un Centro de Invitados, etc.
Tamera puede parecer
la cristalización de un lugar comunitario, ecológico y sostenible,
que no es poco. He tenido oportunidad de sondear durante estos casi
tres años como voluntario, lo difícil que resulta lograr un
objetivo concreto en este sentido. Existen demasiadas contradicciones
a nivel político, frenos a nivel empresarial, directivas que se
entrecruzan y parecen desarrolladas para frenar el ímpetu de quienes
intentan lograr una comunidad ecológica y a la par sostenible.
Lugares como el
utópico “Walden dos”, de B.F.Skinner, (quien tomó el nombre de
“Wander” del libro de H.D.Thoreau, quien se retiró a un bosque
de ese nombre en Massachussets para apartarse de la civilización tan
estropeada), están muy bien en cuanto a nivel literario. Es más,
quizás una comunidad como la que se narra en “Walden Dos” podría
florecer con algunos altibajos en cualquier lugar apartado del mundo,
pero en el plano real es muy costoso. Lo sabe el propio A-S-Neill,
quien durante una cincuentena de años dirigió en las cercanías de
Londres la famosa (y a la vez desconocida, si puede existir esta
disyuntiva), escuela de Summerhil, que intentaba en ella la
“autorregulación de los niños”, un tipo de educación
progresista alejada diametralmente de la enseñanza tradicional.
Lo describe en un
libro titulado justamente “Summerhill”, del Fondo de Cultura
Económica, publicado en España y Latinoamérica allá por 1960. Y
que fuera prologado en su primera edición nada menos que por Erich
Fromm, el famoso analista, quien no duda en elogiarle de manera
entusiasta.
Ese experimento
funcionó a nivel de dicha escuela, y poco más. Realmente, el libro
impacta y te hace decir muchas veces: “Y porqué no?”, lo mismo
que cuando lees “Walden dos”.
PERO….EL PRESENTE
ES OTRO
Zona de recepción y cercanías |
Debo aclarar por
delante que Tamera es una de las escasísimas comunidades de este
tipo que tiene éxito (por lo poco que he conocido). Sin duda comenzó
de manera potente, porque la adquisición de un terreno de 330
hectáreas para destinarlo a un sueño de ese tipo no es moco de
pavo. He visto fotografías y gráficos de los primeros años, donde
potentes excavadoras creaban canales para derivar el agua a dos
enormes pozos excavados con la finalidad de convertirse en lagos,
maquinaria diversa removiendo la tierra y preparando lugares de
cultivo, cambiando el habitat natural por el que sus proyectos
requerían.
Pero lo han logrado.
En la actualidad,
aproximadamente unas 250 personas se encuentran trabajando y
estudiando (incluidos una treintena de niños) en Tamera, a la que
denominan “un centro de investigación experimental dedicado a
descubrir cómo los seres humanos pueden vivir en paz entre sí y con
la naturaleza, y crear una comunidad exitosa, trabajadora y
sostenible”.
Sus principios no
difieren en mucho con otros proyectos similares, aunque existen
diferencias relacionadas con su ideario de “una estación de
investigación para la utopía realista”.
Detrás han quedado
la “Academia Erótica de Lanzarote”, o la “ investigación
psíquica en el círculo de piedras de Evora”, realizados por
Sabinne Lichtenfelds, aunque en la actualidad se desempeña como Jefe
de la Escuela Global del Amor y de la Investigaciín Espiritual”,
en Tamera.
Muchos turistas (éstos españoles) visitan la finca |
Es decir, en Tamera
también existe una parte de misticismo, de estudio de la
espiritualidad del ser humano, destinados a comprender, cambiar y
mejorar la coexistencia pacífica de los hombres.
Y junto a ello, lo
que verdaderamente me interesó, a nivel particular : Que sea una
comunidad eficiente, sostenible, autónoma y próspera.
Que pueda
utilizar el agua procedente de sus lagos y pozos propios, que tenga
un nivel energético propio del 60 % en verano y 40 % en invierno, a
través de placas solares. Que los productos recogidos en sus
extensos huertos y campos de cultivo sean ecológicos, sanos y
nutritivos.
Y que en definitiva,
sirvan de ejemplo de que es posible crear una comunidad que sea a la
vez de tipo ecológico y sustentable por sí misma, pese a los
contratiempos de las multinacionales, los gobiernos ,comunidades o
localidades cercanas contrarias a este modelo .
Algo muy a tener en
cuenta si se quiere transitar por este camino del cambio global a
nivel de ecología y respeto a la Naturaleza.
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