Incendios buenos,
incendios malos
No todos los
incendios son malos. Generalmente, desde tiempo inmemorial, los
agricultores utilizan el fuego para quemar ramas, residuos, árboles
o sotobosque viejo, limpieza de vegas o campos, etc.
De modo que la
utilización del fuego controlado es una técnica muy antigua y que
se continúa realizando. Todo el mundo sabe que en algunas
situaciones, tanto los campos como los bosques necesitan de un
control para continuar reproduciéndose ...como el hombre desea.
Pero ese mismo
hombre fue el que vio que de los fuegos accidentales retornaba
nuevamente la Naturaleza a repoblar los lugares, quitando hierba no
deseada, eliminando la parte baja de los bosques, de los lugares
junto al agua, en praderas necesarias, y lo conseguía mediante este
tipo de acción.
Cuando el fuego avanza y la vida peligra |
El problema se hace
grande por fuegos incontrolados, muchas veces producto del ser
humano, por accidente, inconsciencia, piromanía, por situaciones
que se escapan de las manos, acción del viento, y otros accidentes
meteorológicos como rayos, descargas de tormenta, combustión
espontánea y otros, (que incluyen hasta rayos globulares y
fenómenos similares).
Allí hay que frenar
la acción como sea. Todos conocemos las consecuencias de un incendio
incontrolado con situaciones meteorológicas adversas ( fuerza del
viento, sequía prolongada, calor intenso), la labor inmensa que
realizan las fuerzas vivas para eliminar, controlar y finalmente
apagar el fuego, y el consiguiente precio muy costoso, incluso en
vidas, que muchas veces trae consigo.
NO HAY QUE SER DEMASIADO CUIDADOSO
Viene a cuento aquí
un incidente ocurrido en el verano de 2016 en la isla de Mallorca.
Un ciudadano inglés,
consciente de su responsabilidad, quemó el papel con el que se había
limpiado sus partes después de haber defecado convenientemente en el
bosque. Acción normal, de gente que ama la Naturaleza. Podría
haberlo enterrado junto a sus heces, y no habría pasado nada. Pero
era un ciudadano consciente de no dejar objetos abandonados en el
bosque.
Ese ciudadano se
pasó de la raya.
No tuvo en cuenta el
viento que hacía en esos momentos, y el papel encendido, y la
situación, se le fue de las manos. Consecuencia : más de l.000
hectáreas quemadas, un incendio que duró varios días y muy difícil
de controlar...aunque al final acabó siendo dominado.
No sé muy bien si
le encontraron, si se entregó a la policía todo compungido, pero el
caso es que fue juzgado por imprudencia, y le cayeron, según
entiendo, un par de años de cárcel y la consiguiente multa.
Fue un accidente, lo
comprendo muy bien, pero las mil y poco de hectáreas de bosque ahora
están recién intentando recobrarse del furioso incendio que calcinó
sus árboles.
Hay que ser muy
cuidadoso con la Naturaleza, pero todo tiene sus límites.
Un bosque tras un incendio |
UTILIZANDO LOS
INCENDIOS
Si bien los fuegos
incontrolados, los grandes incendios que arrasan miles de hectáreas
en todo el mundo, favorecidos por los fuertes fenómenos climáticos
desordenados a causa de la mala utilización por parte del hombre y
su progresivo deterioro medioambiental, tienen otro tipo de manejo en
cuanto a reforestación, muchos incendios más o menos controlados
pueden servir para cambiar la biodiversidad de la flora y fauna del
lugar, que de otro modo quizás no existiera.
Eso se desprende de
un trabajo realizado por los autores Lluís Broton, investigador del
CSIC en el CREAF y el CTFC (España), y Luke T. Kelly, investigador
de la Universidad de Melbourne en el CREAF y el CTFC, en una
publicación reciente.
Se toman en cuenta
tres factores como material de estudio : el ciclo de vida de la
vegetación que quemará, cómo afecta el cambio climático en esa
zona concreta y qué efecto tienen los fuegos conducidos directamente
o indirectamente por humanos.
Esta publicación, aparecida en la revista “Science”, indica que el aprovechamiento posterior a un incendio es factible, dependiendo de lo devastador que fue el incendio. Incluso se comenta que el nuevo hábitat puede incluir nuevas especies que antes no existían. Según el estudio, se podría incluir este tipo de estadísticas para conocer mejor la biodiversidad posterior a un incendio, aplicar nuevos baremos a los bancos de datos existentes, y reforzar la utilización de medios y conocimientos para reforestar lugares dañados.
SEMILLAS DESDE
AVIONES
Desde hace algún
tiempo se muestran imágenes en las redes sociales, sobre un curioso
y al parecer muy valioso accionar del gobierno tailandés para
reforestar áreas calcinadas por el fuego con mayor rapidez y
efectividad.
Avión lanzando semillas |
Se utilizan para
ello las bolas de arcillas del maestro japonés Fukuoka, quien fue
el primero en promover este tipo de plantación, aunque él lo
realizara dentro de un hábitat más pequeño, quizás el del
naranjal de sus padres en Japón.
Consiste en una bola
de arcilla, preparada previamente con nutrientes, semillas de plantas
de rápido crecimiento y finalmente, insertada en su interior, la
semilla del árbol principal, que de hecho es normalmente algún tipo
de planta autóctona que existía previamente al incendio, otros
árboles que no precisan de riego continuado, generalmente de zonas
desérticas o semi desérticas. Se cierra la bolita de arcilla, que
cabrá holgadamente en una mano, y ya está lista para reverdecer.
Este sistema se ha
venido usando manualmente, pero Thailandia ha optado por un medio
más innovador: lanzar miles de bolas de arcilla desde un avión,
que puede “sembrar” de esa manera, unas 60,000 bolas por hora.
Tengo una duda sobre
este procedimiento, y es saber si las bolas resistirán el impacto
contra el suelo. Si así fuera, algo que seguramente ha sido
previsto, la bola esperará en su nuevo sitio hasta que caigan las
primeras lluvias. En ese momento, las semillas germinarán: primero
las plantitas auxiliares, que formarán una especie de cerco verde a
la semilla principal, que germinará normalmente días después.
De esta manera se
pueden reforestar de manera muy rápida cientos y
quizás miles de
hectáreas, que de otra forma, debido a las anfractuosidades del
terreno, muchas veces en montañas, lugares aislados, barrancos,
zonas de grandes desniveles o de terrenos peligrosos, como pedreras o
cañadones arcillosos o pedregosos, de esta forma, digo, será mucho
más fácil, rápido, eficaz...e incluso más barato al no necesitar
de mano de obra humana para su implantación.
EUROPA Y EE.UU.
PREVÉN MAS INCENDIOS
Germinando la semilla en la arcilla |
Un equipo de
científicos internacionales acaba de publicar recientemente un
estudio demostrando que el aumento de la temperatura de tan sólo
medio grado , como ocuurrió en
el medioevo, hace unos mil años, provocó que la frecuencia de
incendios naturales en bosques de las Montañas Rocosas, en el oeste
de Estados unidos, aumentara de tal forma que ardió más de un
ochenta por cientos de los arboles existentes.
Esto implica que las temperaturas en lo que se llamó Período Cálido
Medieval, se equipararon a las alcanzadas en las últimas décadas,
lo cual indica la probabilidad cierta de mayores incendios, lo cual,
“podría ser aplicado a otras regiones del mundo como la nuestra”,
según uno de los firmantes, Gonzalo Jimenez Moreno, investigador de
Esratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, en
España.
Para conocer la antigua situación medieval, los investigadores
examinaron partículas de carbón microscópico existente en
sedimentos de lagos y zonas húmedas similares. Cuando se produce un
incendio, se emiten muchos carbones en forma de humo a la atmósfera,
y estas partículas caen y se depositan en las cuencas sedimentarias
en un radio de unos kilómetros alrededor del foco del incendio",
subraya Jiménez Moreno. Al estudiar la cantidad de carbones por
centímetro cúbico de sedimentos, "vemos que había épocas en
las que los incendios eran muy abundantes y otras no tanto",
añade.
De esta forma, "hemos podido
comprobar que, efectivamente, la cantidad de incendios naturales
aumenta cuando suben las temperaturas, algo que ocurrió durante el
Periodo Cálido Medieval y que está ocurriendo también en la
actualidad", destaca el científico de la UGR. Si bien el
estudio se centraliza en la región de las Montañas Rocosas, los
científicos indican que se puede extrapolar fácilmente a otras
zonas del planeta, como Europa, donde el incremento de la temperatura
ha experimentado un acusado aumento en las últimas décadas.
Y
ADEMÁS...RADIACTIVIDAD
Después del
desastre nuclear de Chernóby
l, en Ucrania, ocurrido en el año 1986,
se produjeron cantidad de incendios forestales que arrojaron a la
atmósfera humo y residuos contaminados con material radiactivo
procedente de las inmediaciones de la central nuclear citada.La planta nuclear de Chernobyl, tras la explosión |
Una nueva investigación, más reciente, indica que la situación climática en las inmediaciones de Chernóbyl, ha cambiado notablemente, al haber no solamente menos vida de tipo pluricelular, sino que incluso la actividad microbiana es menor.
Por ello, el tiempo de descomposición de hojas, hojarasca y ramas muertas de regiones forestales, ve limitada y ralentizada su acción transformadora.
Como consecuencia, se acumula una mayor cantidad de estos restos forestales, lo cual implica una mayor posibilidad de incendios, dado que Europa del Este da síntomas inequívocos de cambio climático hacia uno más cálido y seco.
Hasta el momento, se calcula que un cuarenta por ciento de la superficie europea fue contaminada con material radiactivo a partir de Chernóbil, sobre todo lugares cercanos como Bielorrusia, Ucrania misma y otros países del Este, aunque Austria y Reino Unido fueron también muy perjudicados.
Mas info :
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