El extraordinario mecanismo
del botijo
El botijo, un instrumento de
arcilla porosa que sirve para beber, se ha asociado a la España profunda, de
pandereta y carromatos. Sin embargo, unos profesores de la Universidad
Complutense de Madrid descubrieron sesudamente, a través de pruebas
concluyentes, que el citado botijo no deja de ser una pieza increíble y
extraordinaria : la primera nevera destinada a enfriar líquidos
convenientemente.
Se sabe aproximadamente que
la exudación de la arcilla provoca una bajada de temperatura interior del agua almacenada,
acción ésta para la cual fuera creado
allá lejos y hace tiempo este instrumento de conservación de agua refrescada
naturalmente. Pero los profesores Pinto y Zubizarreta fueron más allá, y
demostraron vía ecuaciones matemáticas, cuando, dónde, cómo y porqué de esta
acción.
En un botijo clásico se colocaron 3 litros de
agua a 39ª y se le sometió a un ambiente con temperatura y humedad relativa
ambiente del 42 %. Se fue midiendo la masa total del contenido líquido y su
evaporación, y la temperatura del agua. En unas 7 horas, el agua descendió 15 ª
centígrados, alcanzando los 24 grados.
Esta es la máxima capacidad de enfriamiento que logra, dado que a partir
de ese momento comienza a calentarse y volverá al cabo de tres días a su
temperatura inicial. En otro experimento que se realizó en Barcelona, se
determinó que la temperatura interior y exterior del botijo tenía una
diferencia de unos 10ªC.
Es decir, con una
temperatura exterior de 30 grados, se conseguían unos 20ªc. en el agua
contenida en el botijo.
Existen variantes : la misma
capacidad del botijo, y principalmente, la fabricación del mismo. Conviene
utilizar un botijo de caolín blanco, cocido a baja temperatura, para admitir la
formación de poros que permitirán exudar los corpúsculos de líquido al
exterior, que posteriormente actuarán como regulador de la temperatura al irse
evaporando. Para poder cambiar de líquido a gaseoso, el agua exudada necesita
energía en forma de calor, por lo que la toma del medio ambiente, pero también
del líquido que queda en el interior del botijo, bajando de esta manera la
temperatura del agua almacenada.
Esta refrigeración por
evaporación se interpreta por la teoría cinética, desde un punto de vista
microscópico o molecular, dado que las partículas se agitan continuamente, y
teniendo en cuenta que la temperatura es
una energía media para las partículas, Una mayor velocidad provoca una mayor
temperatura y viceversa, y si las partículas están libres se evaporan, provocando un enfriamiento
del sistema, al desaparecer las moléculas más energéticas, más calientes en
todo caso.
Es el mismo caso de la
sudoración de nuestro cuerpo, del riego refrescante en verano, de una compresa
de alcohol para la fiebre, de las
cantimploras de tela que se humedecen, etc.
Utilizando el mismo sistema
del botijo, en el año 2000 el inventor Mohammed Bah Abba, recibió un premio de
la Fundación Rolex por su fabricación de una doble vasija de barro para
conservar alimentos perecederos. Un viejo invento para un siglo nuevo.
Pero hay que reconocer las increíbles ventajas
que aún aporta el humilde botijo.
Mas Info : http://www.terra.org/articulos/art01863.html
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