Según los
mapas relevantes que existen actualmente , la mayoría de los países empobrecidos de Africa carecen de
agua suficiente para uso alimentario e
industrial. Siempre relacionamos la falta de agua corriente con la sed que pasa
la población, y con los datos de que más de 2.200.000 personas mueren
anualmente en el mundo debido a enfermedades relacionadas con la falta de agua
potable, desde la misma escasez de agua para beber, hasta la plaga de
enfermedades relacionadas con la mala
distribución o potabilización del agua.
Se dice que
en los últimos 10 años han muerto más niños como consecuencia de la diarrea
producida por beber agua en mal estado, que todas las personas que han muerto
en todos los conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial.
Este es un mapa optimista en cuanto a profundidad se refiere |
Se imponen por ello
soluciones necesarias e inmediatas. Especialmente la perforación de pozos, la
instalación de grifos comunitarios, la fabricación de depósitos contenedores,
la distribución adecuada de esta agua. Bien, el caso es que esto no se
planifica a nivel internacional, como se debiera hacer, dada la escasez de
recursos de los países africanos, y por otro lado, por los palos en las ruedas que
ponen grandes empresas que saben de los grandes yacimientos ocultos bajo el
subsuelo, y la posibilidad de explotar enormes cantidades de tierras. El
resultado, mucho grano, mucha verdura, muchas hortalizas o frutos, que luego se
llevan a países más desarrollados, que pueden pagar estos alimentos.
Resultado:
los habitantes africanos del lugar explotado siguen como siempre, sin agua, sin
recursos, sin industria, sin nada.
Se han
descubierto hace poco más de un año, por parte de un grupo de investigadores
ingleses, grandes bolsas de agua contenidas bajo el subsuelo africano. Se ha
realizado un cuidadoso mapa, y éste ya está a disposición del gran público. Muy
bien, bueno es saberlo. Saber que existe agua suficiente para muchísimos años
de uso y consumo, con una prospección y utilización racional.
Uno de los
grandes problemas que surgen de inmediato es éste: ¿Se harán perforaciones y
extracciones racionales destinadas a mejorar el hábitat, la calidad de vida de
los pobladores actuales? Posiblemente no, probablemente, como denuncian muchas
ONGs, el trozo del pastel se lo llevarán empresas pertenecientes a sitios como
los Emiratos Árabes, internacionales asiáticas y europeas, empresas
norteamericanas trabajando en el exterior, que ya explotan miles de hectáreas
en lugares semi húmedos de ese continente , plantando arroz, gramíneas y hortalizas o frutales,
que luego son embaladas y exportadas a sus países de origen. Este mismo sistema
podría hacerse con el agua en cuestión. Es un bocado nada despreciable.
Hay un
problema añadido. Las fuentes acuíferas no son todas corrientes subterráneas
que se van nutriendo de nuevos caudales de agua. Muchas de estas reservas, son
bolsones de agua que pueden tener miles de años de existencia, que se
encuentran retenidos en bolsas subterráneas de granito, y que son muy difíciles
de extraer.
Aunque hay otros países que pasan sed, los africanos son mayoría |
Existe, sí, especialmente en una franja extensa de
zona correspondiente a la mitad de Africa , donde el agua está a pocos metros
de profundidad, quizás a partir de unos 25 metros, y de fácil extracción, por
parte de un subsuelo no granítico. Esta amplia zona sí podría ser digna de
explotarse rápidamente, ya que los medios de extracción serían relativamente económicos
y factibles de instalar. Países como Kenia, que por sí mismo podría contar con una reserva
subterránea del orden de 200.000 millones de metros cúbicos de agua (la Lotikipi
Basin Acuifer), podría calmar la sed de la región, (Turkana), donde se asienta.
Aunque hay que decir que aquí puede costar un ingente esfuerzo llegar a los 300 metros de profundidad donde
se encuentra…pero el beneficio puede ser enorme, para una población que padece
sequías continuadas.
Otros
países vecinos, como Uganda, el Congo, Camerún, Gabón o la República
Centroafricana, también disponen de enormes reservas subterráneas, según estas prospecciones.
Más
difíciles de extraer, pero quizás más grandes, son las enormes bolsas que se encuentran en Argelia, Chad y Libia, coincidiendo con el desierto del
Sahara en su superficie. Aquí están defendidas por hasta un centenar de metros
de roca granítica, lo cual dificultaría su extracción a nivel local, artesanal,
o meramente productivo regional.
Para tener
una idea del caudal que oculta el subsuelo, puede pensar que
correspondería a una cantidad unas 100
veces superior al agua que discurre por su superficie, incluyendo regiones húmedas como
el Nilo, los Grandes Lagos o los ríos de la región central.
En la
actualidad, solamente un cinco por ciento de la tierra africana tiene
irrigación y es aprovechable para la agricultura. La extracción de esta agua
subterránea, en la medida que fortaleza y mejore la explotación agrícola
regional, podría significar uno de los mejores y más prósperos impulsos para la
deteriorada economía africana.
Bastaría
con que los gobiernos apoyaran su extracción, y delimitaran ésta a la
utilización por parte de la población, no para la explotación extensiva por
compañías extranjeras que luego utilizarán la producción lograda en sus países
de origen.
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