viernes, 27 de diciembre de 2013

La posidonia, o cómo gastar el dinero sin mucho sentido





Este es el pequeño artículo aparecido en un períodico isleño


Las praderas sumergidas de la posidonia, un tipo de planta marina , (que no  un alga como generalmente se cree) , cubre buena parte del litoral y sirve además  de medio, de hábitat natural  para la repoblación de numerosas especies marinas, de barómetro sensible ante la invasión de productos manufacturados por el hombre, y asimismo una parte esencial para la vida marina. Puede ser  también, como indicamos más abajo, el espécimen más grande y más viejo de nuestro planeta.

Es vital su presencia, tanto a nivel de regeneración, animal o forestal, como para conseguir que el ser humano pueda  proseguir adecuadamente con una extracción pesquera a nivel deportivo, artesanal o profesional. Sin este tipo de praderas submarinas, la cría de futuros peces, crustáceos, moluscos o plancton, se vería seriamente amenazado, y mermaría en un alto porcentaje la fauna marina existente.
No solamente es necesario a nivel de comercialización, como la pesca, sino que es absolutamente imprescindible a efectos de una continuidad a nivel de futura existencia vital en los océanos de todo el mundo.
Dicho lo cual, pasamos a la noticia que motiva este artículo. Aparecido en un periódico de Palma de Mallorca, España, la semana pasada, la pequeña noticia a una columna permite especular sobre cómo debe gastarse el dinero público libremente, en cosas que ya han sido investigadas. Es más, quizás por las mismas entidades.

Una pradera de posidonia regenerada
Se indica a través de la misma, que se investigará, a través de un acuerdo firmado por  el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Red Eléctrica Española, “…para estudiar el uso de semillas u fragmentos de posidonia oceánica en la recuperación de fondos marinos”. El estudio, que lo llevará a cabo el propio CSIC a través de una entidad con sede en Valencia, España, tendrá un coste de 206.000 euros.

Se los podrían haber ahorrado, ya que la organización Océana, y la Fundación Banco Santander, realizaron  ese estudio hace pocos años, y sus conclusiones están suficientemente detalladas en este enlace :

El documento final, de 50 páginas, fue realizado en el año 2009, y dispone asimismo de una edición en papel, que costará seguramente mucho menos que lo que se embolsará el CSIC con conclusiones similares dentro de, digamos, un año como máximo.
Es más: este Manual, realizado como decimos por la organización denominada Océana, ha recabado la suficiente información a nivel internacional de instituciones de gran prestigio, como Greenpeace, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Bioscience,
El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de España, el Centro de Oceanografía de Marsella, Francia, el WWF, el Instituto Canario de Ciencias Marinas o Ecologistas en acción entre otros.
 IMEDEA,toda una institución en el campo de la investigación marina, también ha hecho un estudio similar, e incluso ha realizado siembras en determinados lugares del Mediterráneo, durante el pasado verano de 2013, como parte de un programa denominado “Uso de semillas y fragmentación de posidonia oceánica para su recuperación en zonas afectadas por la actividad de REE”. También existe una publicación, Plos One, con un artículo muy completo, de ocho páginas, denominado “Effects of Posidonia Oceanica Beach-Cast on Germination, Growth and Nutrient Uptake of Coastal Dune Plants “.

 Existe mucho material similar publicado, por lo cual no se comprende la utilización de nuevos recursos públicos para volver a realizar algo que ya se ha puesto en funcionamiento, que cuenta con diversas conclusiones de calado, y que ha sido efectuado por gente experta, dedicada exactamente a la tarea mencionada.
Por otra parte, El Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, entidad valenciana dependiente del CSIC y futura autora del proyecto, ya debe conocer el fracaso que cierto tipo de manipulación de las praderas submarinas logran  cuando son movidas solamente por motivaciones políticas, enchufistas o sin autoridad .

Así se crea una playa: chupando la arena ( y todo lo demás) del fondo
Hace unos años, en aguas de la Comunidad Valenciana, se realizó un proyecto portuario, que obligaría a dragar y acentuar el calado del lugar donde se pensaba realizar una ampliación. Existía un problema : el fondo era una gigantesca pradera marina cubierta de posidonia. Como medida compensatoria, el grupo que realizaría la ampliación propuso y ejecutó, el trasplanta total de la pradera a otro lugar cercano. Consecuencia: todas las plantas murieron, se paralizó el proyecto por la protesta generalizada, y el tema fue a parar a los tribunales. Otro caso similar que también ha acabado ante la justicia, ha sido la ampliación de un gran puerto industrial en las Islas Canarias, que ha sido paralizado hasta tanto se dirima la cuestión.
Es que al parecer, las actuaciones a gran escala son inviables actualmente. Por ello sí es posible la repoblación, tanto a nivel de trasplante de la planta viva, como de semillas, pero en pequeña escala, como se ha reflejado en muchas publicaciones.
Finalmente decir que el CSIC es una entidad de mucho prestigio por sus trabajos anteriores, algunos reconocidos a nivel mundial. En el libro de Récords de Guinnes, sin duda se encontrará el hallazgo por parte del CSIC del “Ser más grande y longevo de la Tierra”, una planta de posidonia ubicada entre las islas de Formentera e Ibiza, (Baleares, España), que podría tener una vida estimada en unos 100.000 años, y con una extensión de 8 kilómetros de extensión.

Descarte de pesca de un arrastrero profesional
Por ello, estaría mejor empleado ese dinero si se utilizara para algo que no se hace, como dar conocimiento público, vigilar y crear nuevas normas que impidan o al menos aminoren el impacto creado, como sería la limitación o (utopía plena), la eliminación de la pesca de arrastre, que se lleva por delante todo el ecosistema para cargar unas redes y luego devolver al mar, muerto y sin posibilidad de rehabilitación, el material sobrante, que suele representar hasta un 80 por ciento de la captura. También, la construcción de puertos comerciales sin estudios previos (Caso El Molinar, en Palma de Mallorca), diques de abrigo, playas artificiales, emisarios submarinos, vertidos de sales de las depuradoras, y un largo etcétera de actuaciones que van degradando la biodiversidad marina por la acción del hombre, a la que hay que agregar otras naturales, como los temporales de invierno, la acción de las corrientes, la actividad sísmica submarina, etc.


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