lunes, 9 de junio de 2014

El efecto invernadero y el CO2





El efecto invernadero de la Tierra no es malo de por sí. Antes bien, si no existiese, la atmósfera terrestre tendría quizás unos 33 grados menos, con lo cual la temperatura normal de la tierra rondaría los 20 grados bajo cero.
Central de carbón, de las más contaminantes
Entonces…¿Porqué tiene tan mala prensa el efecto invernadero?. Porque se está incrementando a marchas forzadas desde la aparición de la era industrial. Esto hace que la cantidad de gases existentes en la atmósfera, que han sido estables desde las antiguas eras del Precámbrico, estén alarmantemente subiendo sin control, debido a la emisión descontrolada de la era industrial.

Los gases existentes en la región troposférica de nuestro planeta, hacen las veces de un colchón, de un filtro a los rayos solares. Pero la emisión incontrolada de los mismos últimamente, hacen que se disparen las ideas de que el desequilibrio puede llegar a tal punto que no se pueda revertir, y termine en una era glaciar, en una tórrida calor continua, o en disturbios atmosféricos imposibles de prever.
Pero es un problema de muy difícil solución. La población humana sigue ascendiendo exponencialmente, y la propia tecnología industrial alcanza enormes cantidades de gas arrojado como deshecho a la atmósfera. Esta, siendo una región de extrema delgadez, de pocos kilómetros de ancho, hacen que se note rápidamente los cambios sustanciales de estos gases.

Esta capa protectora está compuesta en su gran mayoría por moléculas de nitrógeno, casi un 78 %. Un 21 por ciento por oxígeno y el resto por argón, dióxido de carbono, ozono y vapor de agua. Entonces nos preguntamos ¿porqué se le achaca toda la culpa del mal funcionamiento al dióxido de carbono?. ¿y además qué es?
Es un compuesto que tiene moléculas de un átomo de carbono y dos de oxígeno, juntos. Forman lo que se llama una molécula lineal, como un sándwich. Este gas ayuda a retener el calor de los rayos solares, es imprescindible para que las plantas realicen su fotosíntesis, y  permite mantener  a su vez una temperatura estable en el planeta.
¿Qué es lo que ha disparado la presencia masiva de este gas?

La industria indiscriminada.

Las plantas no consiguen atrapar para su utilización todo el C02 liberado, para convertirlo en carbohidratos, liberando oxígeno en este proceso, es decir, fabricando aire. También lo hace en mucha mayor medida el agua de mar, que se encarga de llevar lo  que sobra al fondo del océano .Los organismos celulares que habitan en las capas altas del mar, lo utilizan en la formación de tejidos, conchas o caparazones, entre otros usos.
Porcentajes de gases en la atmósfera
Las grandes empresas productoras de cemento, por ejemplo, o el calentamiento de  piedras calizas, generadoras de mucho C02, las centrales térmicas, las grandes deforestaciones, la combustión de otros productos orgánicos derivados del petróleo, el tráfico, el gas natural, el petróleo. Todo emite gases a la atmósfera, y se ha hecho muy poco para controlarlo .La mayoría de las ideas permanece en las mesas de diseño de laboratorios, empresas y asociaciones. Como el de un árbol sintético, que se dedicaría a absorber C02 permanentemente y transformarlo en oxígeno, la conversión del dióxido de carbono en gas, la captura o “secuestro” del gas de la atmósfera, la creación de organismos vivos que se comieran el C02.

El ser humano no puede comerlo. Realmente, le hace mucho daño. Puede provocar irritación, náuseas, vómitos, hemorragias, su inhalación asfixia y muerte, congelación en la piel en estado líquido o en los ojos. La “ llamada muerte dulce”, por inhalación en un espacio cerrado de dióxido de carbono, ha llenado muchas páginas de Sucesos.
Hay empresas que han puesto manos a la obra, como la propia ACCIONA, que en 2013 evitó la emisión de 15 millones de toneladas (24 veces más de lo generado), a través de planes específicos para aminorar la emisión de gases de efecto invernadero, las energías renovables, el tratamiento de agua y la construcción sostenible (recuérdese las piedras calizas), trabajando en ese sentido por sexto año consecutivo.

Este ocurre porque las grandes empresas se acogen al RSE , o Responsabilidad Social Empresaria, que predica con el ejemplo el tratar de evitar la emisión de gases nocivos a la atmósfera, dentro de un campo ético y sostenible. No todas lo hacen, y no todas en su justa medida, pero por algo se empieza.

Y no hay que olvidar asimismo, que existen compra y venta de emisiones, como lo de los puntos del carnet. Que no se debe hacer, pero hay quien lo hace, que compra puntos a quien le sobra. En este caso, a empresas, gobiernos o naciones que no emiten lo que les toca, y que venden sus derechos de emisión de gases a otras empresas, gobiernos o sociedades.
 Hecha la ley, hecha la trampa.




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